lunes, 2 de septiembre de 2013

RESEÑA: GOD IS AN ASTRONAUT - ORIGINS



GOD IS AN ASTRONAUT
Origins, 2013
Por: David Del Aguila

“Origins” es el séptimo álbum de la agrupación irlandesa y marca el regreso de esta por primera vez como una agrupación de cinco integrantes; y a la par, se cimenta como una de las bandas mas creativas, musicalmente y visualmente hablando, dentro de la escena del post-rock.

Sin duda en este disco los irlandeses fueron mas allá de su realidad y tomaron inusitados riesgos. Mientras se grababa “Origins” la banda fue adhiriendo integrantes al proceso creativo de este álbum; siendo Pat O’Donell (voz y miembro fundador de The Fountainhead), una de las colaboraciones mas trascendentales para el álbum. Este aparece en las voces; algo no tan nuevo en los discos de GIAA, guitarra y teclados; dando al álbum una dirección mas vocal, aportando un matiz mas trascendental a la narrativa del disco.

El disco abre con “The Last March”. Track fuerte y sensible que abre con sonidos electrónicos y artificiales; y mientras el tempo va creciendo, los sonidos orgánicos atacan estas reminiscencias para hacer un balance perfecto entre la emotividad humana y esa modulación casi robótica que reafirma nuestra sensibilidad.

Experimentando con un sinnúmero de sonidos, instrumentos y tendencias creativas, la nueva alineación de God Is An Astronaut le da mas riqueza a las canciones que aparecen en este álbum; siendo “Spiral Code”, primer sencillo de “Origins”, uno de los temas que mas despuntan de toda la producción. Las guitarras parecen torcerse y viajar por la caja sonora de una cueva; al mismo tiempo, el galope de las percusiones, tanto sampleadas como grabadas, son un deleite que nos envuelve en una suave cobija rítmica que se adorna con unos beats muy energéticos.

La dicotomía de “Origins” nos hace llegar a “Red Moon Lagoon”. Tema que no se aleja nada de lo clásico de God Is An Astronaut… Si no fuera por los últimos minutos de la canción en donde la banda coquetea con el post-metal: Guitarras distorsionadas, potentes y una batería que es una estampida salvaje. Aquí, sin duda, la banda deja atrás todo lo que sabíamos de ella, y por momentos, se convierte  en algo  primigenio… Regresando a los orígenes.

En “Origins” encontramos una amplia gama de emociones conjugadas a lo largo de sus canciones. Mientras que la mitad de estas incluyen voz, esta ha sido modulada para dar un efecto tranquilizador y amalgamado con la esencia medular de la banda, logrando que esta retenga la misma ambigüedad y cohesión que el resto de los instrumentos que logran crear una atmósfera sonora a la que Torsten Kinsella, Niels Kinsella y compañía  nos tienen acostumbrados.




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